sábado, 18 de febrero de 2012

There's no place like home

En la manecilla del reloj de la estación, que consume un minuto más de vida, dormita mi porvenir. El aire huele al tiempo que se va, mientras yo espero. Llegaste a mi vida como un otoño matinal que entrara por la ventana, pero mi primavera aún no había terminado de crecer. Estaciones de transición que se cruzaron en el ocaso de un ideal. De un sueño. Como ese momento de noche y mañana en que las luces de las farolas se van a dormir y el sol se despierta. La bandera de una casa ondea al viento sobre un columpio vacío, al son de una canción reciclada, mientras bailo en medio de una trinchera. Ahora intento entender la historia que me cuentan las palomas, y busco entre la gente alguien que me quiera despertar. 
Pero todos tienen prisa.